Cailleach

La diosa Cailleach es una deidad celta-escocesa que representa el invierno, la vejez, la creación y la destrucción.

Se la representa como una anciana muy sabia, pero temible. Se cree que, con su bastón mágico, es capaz de congelar la Tierra a su paso, así como controlar el clima frío e invernal.

Cailleach es vista como una personificación física y espiritual de los rigurosos y oscuros inviernos del norte de Europa. Asimismo, se celebra como la madre creadora que da forma a las montañas y a los valles con su poder.

Cailleach Bheur mora en la montaña de Ben Cruachan, una de las más altas de Escocia. Antes del invierno, suele acudir al golfo de Corryvreckan y ahí lava su manto, provocando incontenibles temporales. Cuando su capa está limpia, adquiere un blanco purísimo, que representa la nieve.

Cailleach Bheur es una hermosa anciana de larga cabellera blanca y piel azulada. Se dice también que tiene un solo ojo de agudeza sobrenatural en el centro de su frente, dentadura roja de oso y colmillos de jabalí.

Sus ropajes son grises, lleva un delantal de cuadros y una capa o manto blanco. Algunas leyendas señalan que porta un carcaj con flechas de oro, un arco de saúco, un mazo y una varita mágica de acebo con la que, al tocar la tierra tres veces, llama a los primeros fríos en noviembre.

Cailleach gobierna la mitad oscura del año, desde Samhain hasta Beltane. Sin embargo, los meses en los que se encuentra más activa son diciembre y enero, tiempo en el que provoca frío y nevadas intensas.

A partir de febrero, pierde sus poderes lentamente y va cediendo su reinado a Bride o Brigit, la doncella de la primavera y diosa del fuego. Por último, se dice que, a principios de mayo, Cailleach se convierte en piedra esperando el próximo invierno.

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